Cada semana conduce hasta las aldeas de la región de Basilicata en el sur de Italia. El sonido de un órgano anuncia su llegada. Cuando oyen la canción, los niños acuden a la biblioteca móvil con un entusiasmo por lo general reservado para la aparición de un camión de helados. Antonio recorre cada mes 500 kilómetros llevando a los más pequeños su pasión por la lectura de una forma totalmente altruista. Sin duda, una labor de un valor incalculable en estos tiempos que corren.
Imagen vista en: http://www.ilbibliomotocarro.com/
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